Por Jean Stubbs, 27 septiembre 2020

Después de tres proyecciones del documental seguidas por debates, Michael y yo estabamos empezando a sentirnos adiestrados en enfrentar preguntas en línea con públicos diversos. Luego, el 8 de septiembre, nos lanzamos a lo que potencialmente pudiera haber sido ‘una prueba de fuego’, con colegas y estudiantes de posgrado enfrascados en una amplia gama de investigaciones sobre Cuba, participando desde sus varias localidades en el Reino Unido y ultramar.

La ocasión fue una sesión especial como parte de el Congreso Anual XXIII del Foro de Investigaciones sobre Cuba, auspiciado por Antoni Kapcia y Parvathi Kuraswami, co-directores del Foro y del Centro de Investigaciones sobre Cuba, de la Universidad de Nottingham. El debate cubrió aspectos del mismo terreno como en ocasiones anteriores, pero también dio lugar a otras reflexiones. De interés especial fue nuestro intercambio con Tony y Par mismos, en el contexto de sus propias investigaciones en la provincia de Granma. A ellos les llamó la atención las similitudes en el documental entre Caibarién y Remedios en la provincia de Villa Clara y lo que ellos habían encontrado en su propio trabajo entre Manzanillo y Bayamo en la provincia de Granma. Aparte de las similitudes arquitectónicas bien visibles, incluyendo la glorieta en el parque central, Caibarién y Manzanillo comparten un ‘estado de Cenicienta’ en relación a Remedios y Bayamo, respectivamente, tanto en el presente como el pasado.

Otra pregunta que ellos nos hicieron fue nuestra percepción sobre hasta qué punto la dinámica estaba cambiando en cuanto a dar más poder a la municipalidad local. Esto nos llevó directo a la médula de una cuestión clave que enfrentamos en el inicio de filmar en Caibarién, cuando dos problemas se nos presentaron. El primero fue con oficiales locales de inmigración, que pensaron que debíamos haber tenido visas de periodistas para poder filmar. Ese malentendido se aclaró bastante rápido cuando explicamos que somos académicos y lo que estábamos filmando fue para un documental didáctico. El segundo fue con las instancias políticas locales en cuanto a nuestro permiso de filmación, y eso nunca se aclaró. Teníamos permiso de filmación del ICAIC, el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, con sede en La Habana, que es la institución encargada de dar tales permisos. Lo teníamos por escrito, y supuestamente se habría comunicado por los canales pertinentes tanto a nivel provincial de Villa Clara en Santa Clara como a nivel local en Caibarién. Nos quedamos una semana más en Caibarién, mientras nuestros colegas en la Fundación Antonio Núñez Jiménez para la Naturaleza y el Hombre, en La Habana, intentaron resolver el asunto con el ICAIC, pero al final no nos quedó más remedio que regresar a La Habana.

Si tal vez todo se hubiera desarrollado de manera diferente desde un principio, teniendo en cuenta las nuevas medidas de darle más poder y recursos a los municipios para enfrentar sus propios problemas, es algo que nunca sabremos. No obstante, lo que sí nos llevó a todo un nuevo giro en la filmación para la tercera parte del documental, que fueron la reforestación y el  ecoturismo en Las Terrazas así como la agricultura orgánica en la Finca Marta, en la provincia de Artemisa; y nos abrió la posibilidad de explorar esas dos iniciativas más allá de nuestras intenciones originales, la primera que ya había empezado en la década de 1960 y la segunda en la década pasada. De manera insólita, ambas resultaron sumamente relevantes respecto a la situación actual, ya que, debido a COVID-19, el turismo de playa y de ciudad han sufrido un duro golpe, así como la seguridad alimenticia partiendo de la agricultura doméstica ha asumido mucho más importancia.

El Foro también resultó ser otro momento para reflexionar sobre las ramificaciones más allá de Cuba, ya que muchas de las cuestiones abordadas en el documental no son de importancia solamente para Cuba. Fue precisamente el maridaje entre lo local y lo global, pasado y presente, que desde un inicio nos llevó a filmar, con la esperanza de que en el marco de nuestro proyecto ‘Commodities of Empire’ nutriría el debate y la conciencia local y global y conllevaría a otros documentales de la misma envergadura.

Seguiremos reportando sobre proyecciones y debates – por ahora virtuales, por supuesto – durante el año venidero. Esté atento a este espacio, pues!